jueves, 16 de septiembre de 2010

AZAR Y TABACO SE SUELTAN LA MANO

    El Bingo Caballito tuvo que cerrar las puertas de su planta alta por no cumplir con la ley antitabaco porteña. Sin embargo, horas más tarde logró que vuelvan a habilitar el sector pero con la prohibición momentanea para fumar.
  
    Afortunadamente la restricción del cigarrillo en lugares cerrados entró en vigencia en 2006 en la Ciudad de Buenos Aires y desde entonces aquellos que deseen disfrutar un cigarrillo deberían hacerlo separados de quienes lo padecen.

    Sin embargo en muchos sitios de la Capital Federal esta ley no se respeta. Buscando no descuidar a la clientela y también por una cuota de desidia, los encargados de los locales prefieren desentenderse del asunto.
    
    Cómo fumar tabaco no es un delito la prohibición no podía ser total. Por la presión generada por los adictos al cigarrillo y los dueños de los espacios cerrados más frecuentados, se establecieron algunas excepciones. El artículo 21 de la ley 1799 explica:

    “Las zonas habilitadas para fumar deberán estar debidamente señalizadas, apartadas físicamente del resto de las dependencias, no ser zonas de paso obligado para población no fumadora y disponer de sistemas de ventilación independientes”.
   
    Este fragmento, asi como la totalidad del escrito, hace referencia a bares, restaurantes, locales bailables y los shoppings. En ningún momento son mencionados los bingos y casinos. De todas maneras, si la ley dejará excentos a distintos sitios de concurrencia pública estos últimos establecimientos no deben quedar afuera.

    Aquellos que fuman aseguran que disfrutar un cigarrillo actua como un tranquilizante, que reduce la ansiedad que genera estar a punto de ganar o seguro de perder. En los lugares que se fomentan los juegos de azar, más que en ningún lado, debería permitirse fumar pero siempre respetando a aquellos que no deseen compartir el humo.

    Los vidrios aislantes mantienen protegido a los no fumadores y las ventilaciones especiales hacen que los dañinos componentes del cigarrillo no se filtren. Muchos bares, mayormente concurridos por la tarde, han implementado este tipo de diferenciación entre los sectores y prolongan su funcionamiento sin ninguna contravención.
   
    El Bingo Caballito cuenta con un salón general, en el que no se permite fumar, y otro al que se ingresa por una escalera hacia arriba. Aunque los ambientes están separados por una distancia considerable, cerca de dos metros, no existe ningún vidrio ni pared que los aisle.

(Clarín)  Un fumador tuvo que salir del Bingo por fumar


   Según Rubén Lombardi, abogado de las cinco salas de bingo que funcionan en la Ciudad, la recaudación en el local de Caballito cayó casi el 50% desde que no se puede fumar. En el resto de los bingos (Flores, Belgrano, Lavalle y Congreso) todavía se puede fumar pero sus encargados están a la espera de la resuluciónde la Justicia en lo Contencioso Administrativo.

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