sábado, 28 de agosto de 2010

CHACARITA (verde, mármol y fútbol)

VERDE


  • El primer nombre que recibió el barrio fue Chacarita de los Colegiales.
  • El origen del nombre es una combinación entre “Chácara” (palabra quechua cotidianamente remplazada por “chacra”) y el uso para esparcimiento que los estudiantes del Colegio de San Carlos le daban.
  • Grandes personalidades de la historia argentina visitaron este espacio perteneciente a los padres jesuitas, como el Virrey Nicolás de Arredondo y Santiago de Liniers. Este último se hospedó en la chacra junto a su tropa, esperando novedades acerca de la ciudad tomada.
  • Por aquellos tiempos la zona estaba repleta de vegetación y verde césped para disfrutar del ocio al aire libre.


MÁRMOL
  • En 1871 tuvo lugar el nefasto nacimiento del Cementerio de la Chacarita. La fiebre amarilla atacó el país y los sitios para inhumar los cuerpos de los miles de fallecidos no daban a basto. De esta manera los cadáveres llegaban de distintas partes del país, primero en carretas y más tarde en el llamado “Tren de la muerte”, para yacer más tarde en estos grandes terrenos.
  • Jorge Luis Borges se refierió al barrio, que parecía teñirse de gris al ser “anfitrión” de los desastres provocados por la plaga: “He oído tu palabra de caducidad y en ella no creo, porque tu misma convicción de tragedia es acto de vida y porque la plenitud de una sola rosa es más que tus mármoles”.

FÚTBOL
  • En 1906 los chicos del barrio que no pertenecían a Defensores de Villa Crespo decidieron crear un club con identidad propia. Se reunieron en Dorrego y Giribone (hoy Córdoba). Los hermanos Manuel, Alfredo y Maximino Lema vivían en la calle Chacarita (hoy Jorge Newbery) y propusieron el nombre para la futura asociación.
  • Maximino fue el primer presidente de la institución y, en un principio, tuvo luchar contra la ausencia de espacio propio para realizar las reuniones. Más tarde, con mucho esfuerzo, el primer grupo de socios compró la pelota y el sello distintivo, requisitos excluyentes para ser considerado un club.


    Chacarita llegó a Primera División en 1925
  • En Álvarez Thomas y Federico Lacroze había un descampado abandonado y los muchachos decidieron alambrarlo y utilizarlo como cancha. Lo que no sabían es que esos terrenos iban a ser utilizados para una nueva calle y fueron desalojados por la policía. Buscando nuevos rumbos, el grupo consiguió un terreno entre Murillo, Darwin, Padilla y Humboldt.
  • En Chacarita todo se hacía a pulmón y como no tenían recursos para cortar el pasto llevaban un burro para que acondicionara el campo de juego. Las primeras camisetas eran una donación de la hermana de Alfredo Palacios (socio fundador) y tenían colores muy distintos a los actuales: celeste y blanco. Si bien existen distintas versiones de cómo se llegó a las tonalidades actuales, la versión oficial indica que se escogió el blanco de la pureza, el rojo de la sangre del pueblo y el negro del luto. “Chacarita nació en un Comité Socialista (rojo), muy cerca del Cementerio (negro) y con las más altas ilusiones (blanco)”, explica Alejandro Fabbri en su libro “El nacimiento de una pasión”.


  • En 1943 los funebreros tuvieron que abandonar los terrenos de Humboldt, por influencia de su enemigo Atlanta, y mudarse definitivamente a San Martín.







1 comentario:

  1. geÑa
    soy la primer seguidora oficial de tu blog
    jajaja


    te dejo la poesía de Girondo para cuando hagas Flores






    Las chicas de Flores

    Las chicas de Flores,
    tienen los ojos dulces,
    como las almendras azucaradas
    de la Confitería del Molino,
    y usan moños de seda
    que les liban las nalgas
    en un aleteo de mariposa.

    Las chicas de Flores,
    se pasean tomadas de los brazos,
    para transmitirse sus estremecimientos,
    y si alguien las mira en las pupilas,
    aprietan las piernas,
    de miedo de que el sexo
    se les caiga en la vereda.

    Al atardecer,
    todas ellas cuelgan
    sus pechos sin madurar
    del ramaje de hierro de los balcones,
    para que sus vestidos
    se empurpuren al sentirlas desnudas,
    y de noche,
    a remolque de sus mamás
    -empavesadas como fragatas-
    van a pasearse por la plaza,
    para que los hombres
    les eyaculen palabras al oído,
    y sus pezones fosforescentes,
    se enciendan y se apaguen como luciérnagas.

    Las chicas de Flores,
    viven en la angustia
    de que las nalgas se les pudran,
    como manzanas que se han dejado pasar,
    y el deseo de los hombres las sofoca tanto,
    que a veces quisieran desembarazarse
    de él como de un corsé,
    ya que no tienen el coraje
    de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo,
    a todos los que pasan por la vereda.

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